jueves, 17 de mayo de 2012

ANÁLISIS NARRATOLÓGICO (2) El análisis de la fábula. LOS ACTORES EN "EL PERSEGUIDOR"

Antes de comenzar el análisis de actantes en este relato, se sugiere leer los siguientes fragmentos del libro Teoría de la narrativa de Mieke Bal:

Clases de actores

     Un aspecto importante de la interpretación de la fábula consiste en la subdivisión de sus actores en clases. Basándose en la presunción de que el pensamiento y la acción humanos son intencionales, se podrá elaborar un modelo que represente las relaciones a través de la intención. Este modelo pretende una validez universal para su principio operativo, y no se limita a las fábulas inventadas. En lo que sigue se ha postulado una analogía entre la estructura de la fábula y la de la frase. [...] Tal como se ha mencionado anteriormente, el modelo parte de una relación teleológica entre los elementos de la historia: los actores tienen una intención: aspiran a un objetivo. Esa intención es el logro de algo agradable o favorable, o la huida de algo desagradable o desfavorable. Los verbos desear y tener indican esta relación teleológica y por ello se usan como abstracciones de las conexiones intencionales entre elementos.
     A las clases de actores las denominamos actantes. Un actante es una clase de actores que comparten una cierta cualidad característica. Este rasgo compartido se relaciona con la intención de la fábula en conjunto. Un actante es por lo tanto una clase de actores que tienen una relación idéntica con el aspecto de intención teleológica, el cual constituye el principio de la fábula. A esa relación la denominamos función (F).

Mieke Bal, Teoría de la narrativa (Una introducción a la narratología), trad. Javier Franco, Madrid, Cátedra, 1998, p. 34.

Según esta clasificación actancial, la relación más importante del relato es la que conforman el actor y su objetivo. En la analogía con el enunciado, se trataría del sujeto y el objeto. En una historia de amor, por ejemplo, Orgullo y prejuicio de Jane Austen, el actor Elizabeth Bennet quiere casarse con Fitzwilliam Darcy. A diferencia del sujeto, el objeto no siempre es una persona, sino un estado, una explicacion, una posesión. La función (F) que une al sujeto con el objeto es la del deseo (S desea casarse, convertirse, evitar, saber, conseguir... O).
En "El perseguidor", el actor que pone en marcha los acontecimientos es Johnny. Su objeto es cambinte: un saxofón para tocar, droga, sexo. Sin embargo, su principal objeto es comprender el sentido del tiempo. Así lo demuestran las observaciones de su biógrafo: "seguía haciendo alusiones al tiempo, un tema que le preocupa desde que lo conozco. He visto pocos hombres tan preocupados por todo lo que se refiere al tiempo. Es una manía, la peor de sus manías, que son tantas." Y lo reitera en todas sus acciones: "Esto lo estoy tocando mañana", dice durante un ensayo; "en casa el tiempo no acababa nunca, sabes. [...] La música me sacaba del tiempo", será uno de sus recuerdos de infancia.
Pero la intención del sujeto es en sí misma insuficiente para alcanzar el objeto. Hay siempre poderes que le permiten alcanzar su meta o que se lo imposibilitan. Estos poderes corresponden al dador y al receptor. El dador tiene poder sobre la empresa y proporciona algo; con frecuencia es un ente abstraco (la sociedad, el destino, la muerte). Considero que si el objeto de Johnny es comprender el sentido del tiempo, el dador debe ser abstracto: la percepción de objetos múltiples, que rebasa la concepción cronológia del tiempo, y, principalmente, la música ("si yo pudiera solamente vivir como en esos momentos, o como cuando estoy tocando y también el tiempo cambia... Te das cuenta de lo que podría pasar en un minuto y medio... Entonces un hombre, no solamente yo sino ésa y tú y todos los muchachos podrían vivir cientos de años, si encontráramos la manera podríamos vivir mil veces más de lo que estamos viviendo por culpa de los relojes"). El receptor, en cambio, es el actante que recibe la acción del dador. El receptor suele coincidir con el actante-sujeto, como ocurre en "El perseguidor".
La última categoría de actores es la de ayudante y oponente. El ayudante sólo puede prestar una ayuda no esencial, suele ser un individuo concreto, como los amigos y las amantes de Johnny (Bruno, que le proporciona un saxofón y dinero para mejorar sus condiciones de vida; Dedée y la marquesa que le facilitan el consumo de droga). Sus competencias abarcan determinación, poder, conocimiento y habilidad para realizar las acciones que lo categorizan. En realidad, en "El perseguidor", todos  los personajes alrededor de Johnny actúan como sus ayudantes: satisfacen sus necesidades y lo admiran. Pero, al ser un individuo que persigue un objetivo tan abstracto, ninguna ayuda será realmente esencial; por el contrario, deterioran su estado aún más. Eso los convierte en oponentes, tipo de actor que determina los obstáculos que enfrentará el sujeto, pues la droga a la que es adicto contribuye en su destrucción, y al intentar controlarlo exacerban su ansiedad de "perseguir".
Mieke Bal añade una posibilidad que resulta relevante en la interpretación de "El perseguidor": "Una fábula puede tener distintos sujetos en oposición: un sujeto y un antisujeto. Un antisujeto no es un oponente.  [...] Un antisujeto busca su propio objeto, y esa búsqueda se encuentra en ciertas ocasiones en contradicción con la del primer sujeto" (40).  Esta descripción se apega perfectamente a la situación de Bruno, el narrador-personaje-biógrafo: su objeto sería comprender a Johnny, quien resultaría, entonces, dador ("no hice más que transcribir literalmente lo que me contaste de Baltimore", dice Bruno a Johnny, es decir, el jazzista le ha proporcionado su historia)  y oponente, pues le hace saber que no ha logrado su objetivo: "Nunca creí que pudieras equivocarte tanto hasta que Art me pasó el libro. Al principio me pareció que hablabas de algún otro". No es de extrañar que el momento álgido del relato sea este encuentro entre sujeto y anti-sujeto, el momento de revelación en que descubren que sus objetivos son inalcanzables, y se enfrentan casi con rencor. Más aún, también Bruno fue el "perseguidor" de Johnny. Tampoco Bruno pudo, finalmente, encontrarlo...

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