Erich Auerbach, Dante, poeta del mundo terrenal, trad. Jorge Seca, Barcelona, Acantilado, 2008.
Auerbach considera a Dante el iniciador de toda la poesía moderna y, más aún, "quizá no sólo de la poesía. Dante encontró la figura del ser humano que la conciencia europea posee y que se manifiesta también en las artes plásticas y en la historiografía" (280). Esta figura del ser humano es el asunto determinante que estructura la argumentación del libro Dante, poeta del mundo terrenal (2008). Este proceso de análisis estilístico (el establecimiento de un principio creativo cuya demostración guíe las pautas de los elementos de la obra del poeta italiano) contribuye a la preocupación determinante del crítico: la mímesis.
La interpretación de Auerbach a propósito de la mímesis en Dante parte de que la evidencia de lo representado (por ejemplo, la presencia de individuos reconocibles en los tres sitios destinados a las almas de los hombres) no depende de si se ha visto antes algo similar ni de si es o no verosímil, sino de la convicción de que a cada personaje sólo le sucede lo que le corresponde. Esta noción se habría formado a lo largo de la tradición literaria desde la tragedia griega, la fuerza de los personajes en los diálogos de Platón, en Virgilio (autor de la única pieza de poesía sentimental que conocería la Edad Media), en la vida de Jesús (cuyos personajes representan una liberación de los límites sociales y estéticos) y la poesía provenzal, entre otras manifestaciones culturales.
El crítico retoma la poesía juvenil de Dante, el stil nuovo, para establecer el modo en que se formó y consolidó la voz del poeta. Por ejemplo, establece que el motivo de sus poemas juveniles no es un tema o un pensamiento, sino un suceso casi cotidiano que expresa un sentimiento profundo y al mismo tiempo es claro como un pensamiento. Así que su poesía se construye de un pensamiento a la realidad.
Es así que el ensayo, ocupado en el principio de creación, lo humano, halla explicaciones más certeras en la tradición literaria y en los mecanismos de construcción del poema. En tanto que la biografía del poeta, su origen social, el encuentro con Beatriz, el contexto geográfico e histórico que lo rodeó, sus conflictos políticos, son asuntos que para Auerbach son importantes sobre todo por enriquecer la tierra que aún daría sus mejores frutos: la Comedia.
Al analizar la estructura de esta obra fundamental, encuentra "tres sistemas interrelacionados y fusionados, que se corresponden con el orden divino: uno físico, uno moral y uno histórico-político" (167) que atraviesa cada espacio de la escatología divina medieval. Al referirse a la representación del mundo terrenal en imágenes y expresiones, como los encuentros, la expresión de las almas de los personajes, la reflexión sobre el destino humano con sus peculiaridades individuales (recuerdos propios y memoria legada a los vivos). Los personajes elegidos por Dante, tanto de su historia contemporánea como del universo mítico, se configuran como personajes unitarios, complejos, en su ser espiritual y corporal. Destaca la capacidad de observación de Auerbach, respaldada por su erudición, poco visible en las notas bibliográficas pero palpable en el diálogo con la obra:
A partir de estos elementos de realidad y de voluntad sobrehumanas, de orden y de constricción mágica, se formó el estilo de la Comedia, que es tan característico que quien conoce bien la obra cree escuchar la voz de Dante en cada palabra y en cada sonido: una voz potente, invocadora y al mismo tiempo dulce y penetrante, que puede ser severa y dura pero que en todo momento es una voz humana. Dice lo justo y lo verdadero como un maestro, lo sucedido en realidad como un cronista, pero doctrina y crónica son transportadas en la obra por la corriente de la emoción poética de modo que son elevadas a muy gran altura y aparecen en toda su claridad como algo inaccesible, misteriosamente perfecto. La Comedia, como ya hemos resaltado con frecuencia en el curso de este trabajo de investigación, trata de la realidad terrenal en su forma definitiva y verdadera; pero la transposición que esta realidad terrenal ha sufrido en el más allá hace que, pese a toda su autenticidad y originalidad manifiestas, contenga algo de paisaje onírico, una atmósfera peculiar. A la tradición de la comunidad esotérica selecta que cultivaron los provenzales tardíos y aún más los poetas del Stil Nuovo -el joven Dante el que más- de separar el resto de los seres humanos a las nobles almas de la liga de Amor y de considerarlas únicamente a ellas como dignas de su poesía, a esa tradición, la Comedia le dio una forma nueva, no la rompió. No sólo se dirige valiéndose del apóstrofe a una minoría selecta; esto no es aquí lo decisivo porque, indiscutiblemente, la Comedia en su conjunto se dirige a todos los seres humanos o por lo menos a todos los cristianos. Pero conduce a todos los seres humanos a un territorio extraño, especial, en el que sopla un aire distinto de nuestra familiar Tierra. Lo real de la vida no desaparece sino que es doblemente diáfano y tangible, pero la luz del ambiente es distinta y los ojos tienen primero que acostumbrarse para poder ver: y entonces aprenden una nueva manera de ver, una nitidez intensa de la mirada que no permite estimar cualquier cosa como insignificante, cotidiana, fragmentaria, porque todo lo que aparece es figura definitiva e inmutable que exige la máxima atención y la concentración más rigurosa... (276-277)
La estilística, como se sabe, pretende establecer las motivaciones que pudieron estar presentes en el alma del artista, y demostrarlas mediante el análisis de la obra. Erich Auerbach, en este texto, plantea que Dante es creador, ni más ni menos, del ser humano, ser de su tiempo pero también heredero de su historia y mitología, representación creada a partir de recursos verbales pero pleno de vitalidad y actualidad, producto del orden de la doctrina y la poesía.
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